El/la sumiller, también conocido como sommelier, es un experto en vinos cuya función va mucho más allá de seleccionar etiquetas. Su conocimiento abarca historia, maridaje, servicio y  comunicación, convirtiéndolo en un nexo entre el vino y quienes lo disfrutan.

Historia del sumiller

El origen del sumiller se remonta a la Edad Media, cuando en las cortes reales y aristocráticas existía un encargado del vino y los alimentos. Su tarea era asegurarse de que las bebidas fueran adecuadas y que no estuvieran envenenadas. Con el tiempo, esta función evolucionó, y en el siglo XIX, en Francia, el sumiller adquirió un papel más técnico, centrándose en la selección, conservación y servicio del vino en restaurantes y bodegas.

Hoy en día, la profesión ha alcanzado un alto reconocimiento, con asociaciones y certificaciones internacionales que garantizan el nivel de conocimiento de los expertos en vinos.

Las funciones de un sumiller

El sumiller tiene múltiples responsabilidades, entre ellas:

Selección y compra de vinos: evalúa la calidad y el potencial de las etiquetas que formarán parte de una carta.

Maridaje: sugiere combinaciones entre vino y alimentos para potenciar los sabores de ambos.

Servicio profesional: desde la temperatura adecuada hasta el tipo de copa, cada detalle influye en la experiencia sensorial.

Educación y divulgación: ofrece catas, cursos y asesoramiento para ampliar el conocimiento de los clientes.

La comunicación: un arte esencial

El sumiller no solo debe tener un profundo conocimiento del vino, sino también habilidades de comunicación excepcionales. Su labor implica interpretar los gustos del cliente y recomendar vinos que se adapten a sus preferencias y presupuesto. Además, debe transmitir la historia detrás de cada botella, desde la procedencia de la uva hasta el proceso de vinificación.

El lenguaje del sumiller debe ser accesible y atractivo, evitando tecnicismos innecesarios y creando una conexión emocional entre el consumidor y el vino. En un mundo donde cada vez más personas buscan experiencias personalizadas, el sumiller se convierte en un narrador apasionado que  transforma una copa de vino en un viaje sensorial.

La evolución del sumiller en la actualidad

Hoy en día, el papel del sumiller ha trascendido el ámbito de los restaurantes y hoteles. Muchos trabajan como consultores, periodistas especializados o influencers en redes sociales, llevando el conocimiento del vino a una audiencia más amplia. Además, con el auge de la sostenibilidad y los vinos naturales, los sumilleres modernos están explorando nuevas tendencias y educando a los consumidores sobre prácticas responsables en la viticultura.

En definitiva, el sumiller es mucho más que un experto en vinos. Es un comunicador, un historiador y un guía que, con cada recomendación, crea experiencias memorables. En un mundo donde el vino representa cultura y tradición, su papel es esencial para conectar a las personas con la magia de cada botella